La mejor calefacción es la de gas. Es la que más rápido y mejor calienta la casa. En el mercado hay dos tipos de calefacciones que se pueden poner: la calefacción de radiadores y el suelo radiante.
Ambas funcionan con gas y dependiendo del presupuesto y la obra compensa instalar una u otra.
Calefacción con radiadores
Los radiadores por agua son los que emiten el calor en el hogar. Su funcionamiento es sencillo: por el tubo corre agua caliente hasta el radiador que emite el calor hacia el exterior (la habitación cocina u otra estancia de la casa).
En el mercado existen varios tipos de radiadores: de fundición, chapa de acero o aluminio.
Los más comunes en casas de obra nueva son los de chapa de acero; mientras que los de fundición se encuentran en las viviendas más viejas. Pero para obras nuevas el más instalado es el de aluminio, por su resistencia y durabilidad.
Los radiadores de aluminio el 80% de la emisión de calor se realiza por convección y el 20% por radiación. Por eso, el proceso de calentamiento de los radiadores y de la casa es muy rápido. En menos de media hora se empieza a notar el calor.
El proceso de instalación de este tipo de calefacción se puede hacer de tres maneras:
- Bajo el suelo: En caso de que vayas a cambiar el suelo, esta opción es la más adecuada. Los dos tubos van bajo el suelo de tal manera que no los verás.
- Metido en el rodapié: Esta es una obra menor. Se levanta el rodapié que tengas en casa y se colocan los tubos “dentro”. Su único inconveniente es que el rodapié por falta de espacio saldría un poco más de la pared.
- Por encima del rodapié: Es la que menos obra requiere de las 3 opciones. Los tubos se colocan por encima del rodapié, en la parte baja de la pared. El inconveniente es que los tubos se ven, pero es la obra más rápida y económica.
Calefacción de suelo radiante
Hoy en día la mejor alternativa si vas a hacer una obra en tu casa es la calefacción de suelo radiante. Para ello, es necesario levantar el suelo de toda la casa para poder instalar los tubos.
Como podéis apreciar en la imagen, se llena el suelo completo de mangueras por la que pasa el agua. Bajo las mangueras se instala un aislante para que el calor radie hacia arriba. Sobre las mangueras se instala un protector para proteger la instalación. El suelo se eleva unos 10-11cm.
Sin ninguna duda, con esta opción conseguirás un mayor ahorro energético, pero (por ponerle uno) es que la instalación es unos 1.000€ más cara que la instalación por radiadores.
La alternativa, la calefacción eléctrica
Una tercera alternativa es la calefacción eléctrica, para casas pequeñas y segundas viviendas puede ser la solución perfecta. No requiere de obra, solo una instalación eléctrica adecuada, ya que los calefactores van enchufados.
Si tu decantas por la calefacción eléctrica debes tener cuidado con la tarifa de la luz.
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Por alternativas que no sea. Si estás haciendo una obra en tu vivienda y vas a poner la calefacción; la de suelo radiante es la mejor opción. Sin embargo, si quieres hacer una obra menor, pon la calefacción por radiadores.
La calefacción gas ofrece un mayor confort en casa porque la calienta antes. No así la calefacción eléctrica que tarda más en calentar el hogar. Además, si te decantas por ésta última opción tienes que tener cuidado con la factura de la luz. Deberás contratar una tarifa que se adecue a las horas que hagas mayor uso de la calefacción; de lo contrario, podrás llevarte un buen susto.